El tan esperado ascenso finalmente se concretó el 18 de enero de 1953 con el empate a tres goles ante el Irapuato con doble anotación de Rubén Pichardo y uno del goleador del torneo Mateo de la Tijera; consagrándose finalmente como campeones a una fecha de finalizar el torneo. El equipo se reforzó con las llegadas de Ovidio Arnauda, Salvador Rábago, Rubén Pichardo y Trino.