El gobierno catarí financió a los españoles el viaje, la estancia en un hotel de la capital, el desplazamiento del equipo de animación (bombos, tambores e instrumentos de viento y percusión) y les atribuyó una dieta de veinte euros diarios. Como la selección catarí, entrenada por el veterano y exitoso Valero Rivera, llegó hasta la final del campeonato, los españoles se embolsaron algo más de 400 euros por su estancia vacacional en Doha, equipacion barça donde solo tenían la obligación de acudir a los partidos del equipo árabe.