Calvin y Hobbes muy frecuentemente hacen descensos vertiginosos por la montaña, usando un carro o un trineo (según la estación del año), mientras reflexionan sobre la vida, la muerte, Dios y otros temas profundos. En el minuto 40, Simao aparece por la derecha, pone un centro que Forlán no termina de rematar y el balón sale rechazado al corazón del área.